sábado, 15 de marzo de 2014

Tarde de medios sabores de boca. Crónica 14 Marzo

Se podía palpar el ambiente fallero, la gente comentaba, hablaba, sonreía, disfrutaba. Los tendidos se estaban llenando poco a poceo,  de hecho, diez minutos antes aun estaban bastante vacíos, pero finalmente se llenó casi tres cuartos de plaza.

El Cid, ¡ay El Cid! Y yo que pensaba que lo que vivimos el año pasado en la feria de otoño había sido el punto y final a una borrosa etapa de su vida, pero no, volvimos a ver al Manuel Jesús de siempre, sin acople, indeciso, con miedo, con más sombras que luces en un día bastante soleado. El primer toro pecó de mansedumbre por todos los costados,en varas, en banderillas y en la muleta, fue la sintonía de una faena que dificilmente alguien del tendido pudo entender. Un dardo para Borja Domecq y una lanza para El Cid. Silencio.
En el segundo de su lote, que salió en cuarto lugar vimos un toro con algo más de condición, aunque en cierto momentos reservón. El Cid se sintió más torero pero sin abusar. El toro le vió y se lllevó un revolcón que pensaba que llevaba cornada, desde detrás del objetivo me pareció verlo, pero no fue así, menos mal. El Cid se levnató en un arrebato de pundonor, dolorido, rígido y quejandose de la mano derecha siguió toreando, este gesto tan torero fue aplaudido. Falló con la espada y mató a la segunda. Fuerte petición de oreja, bien el presidente al no concedérsela pues la pedían por el revolcón, nada más, la faena no tuvo esencia, tuvo ausencia, de torero. Ovación.

Manuel Escribano se enfrentaba a su primeras fallas como torero, estaba realmente ilusionado, y se fue en dirección a la puerta de chiqueros a porta gayola. El primero de su lote tuvo motor y transmisión, Manuel supo estar delante de él con firmeza, llegado a los tendidos, redondeando los pases, en todos los terrenos. Culminó la faena con remates y conseguió que el público se terminara de volcar con él. Fuerte petición de oreja. Oreja.
 En el segundo de su lote se jugaba la puerta grande, y de nuevo a la puerta de chiqueros. El público muy agradecido con la entrega del diestro para con la plaza de Valencia. Desde los primeros compases se vio, se temió por la mansedumbre de este toro. Faena de más a menos a la que se intentó dibujar muletazos sentados y templados pero el toro no tenía ni fuerza ni raza ni garra. Una pena. Silencio.

Fandiño, seguramente el más esperado de la terna del 14. Vi un Iván muy precipitado, ansioso por resolver la primera puerta grande y enmendar el bajón que pegó a final de temporada. A pesar de ello hizo gala de su torería y consiguió saborear el triunfo tocando pelo en el primero, que fue junto con el primero de Escribano el mejor toro de la tarde. Oreja.
En el segundo de su lote que fue el primer sobrero, de presentación deslucida para plaza de primera, supo cómo llegar al público. Con pases profundos y naturales pausados. El toro, a pesar de su pésima presentación, su comportamiento fue bueno en la muleta, aunque pasó por el tercio de varas de puntillas. De arrancadas lejanas y alegres trató la faena, qeu habría sido de oreja, o conociendo al público de Valencia, de dos. Pero marró con los aceros, nos tiene mal acostumbrados a estocadas enteras y certeras, sin pinchazos, estocadones de entrega. Ovación.

Cuando salí de la plaza se veían caras medio alegres, medio decepcionadas. Fue una tarde de medios sabores de boca.



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