lunes, 14 de abril de 2014

Crónica Domingo de Ramos en Las Ventas



De presidentes "funerarios", a toreros con compromiso

Ayer en Madrid pudimos conocer un nuevo tipo de presidente. Y es que los hay más "orejeros", duros, con poca o nada afición, con mucha pero con ansias de protagonista que eclipsan decisiones acertadas...pero, lo que jamás me hubiera imaginado es que hubiera presidentes "Funerarios", me explico.

Andaba la tarde por el segundo toro, un manso al que David Galván recetó un gran comienzo de faena por bajo, con empaque y suavidad, pero que fue demasiado para el manso "melenas" (lucía el animal un pelo largo inusual a lo largo del morrillo), y tuvo el gaditano que comenzar su persecución por los terrenos de sol, donde se suelen ir los cobardes buscando la tranquilidad. A pesar de ello, Galván lo intentó tanto que se pasó de faena, aburrió al personal y al animal, quien se puso imposible para matar y para descabellar, hasta que sonaron los tres avisos reglamentarios. Hasta ahí, todo correcto. Ahora viene lo del "Funerario" presidente. Le preparó al toro un funeral de por todo lo alto. Con el toro muerto, de pie, pero muerto, Don Justo Polo Ramos, se encargó de "llamar" a los bueyes para que le "velaran", le dieran su último adiós, alguno "llorara" a su lado y se despidieran de él con cariño. Gracias Don Justo, pero usted fue el único en toda la plaza que creyó, que el "muerto" podía resucitar y andar como Lázaro. Tardó en decidir lo que era palpable, que al toro había que apuntillarle en la plaza y su ineptitud dejó una imagen escabrosa, lamentable y dañina para la Tauromaquia. Mal Don Justo, mal.

Ya puestos con Galván, decir que en el quinto solo dejó puntualizaciones en dos tandas ante un toro flojo, y con reservas mínimas de casta, lo intentó toda la tarde, sí, pero no.

El que sí demostró una mejoría palpable fue López Simón. A su torero desmayado le ha añadido temple, sobretodo temple, y por momentos le "salpimentó" con empaque.

En el tercero bis de La Ventana del Puerto, toro altote y muy en Aldeanueva, poco a poco le fue metiendo en vereda a media altura, ya que al toro le costaba un mundo humillar. Simón, sin alterarse en sus pretensiones con tesón dejó al final unas tandas con son y temple, que encendieron al público que pidió enfervorizadamente una oreja que Don Justo, el funerario, denegó. Simón dio una vuelta.

Lo mejor de la tarde llegó en el sexto. Un toro de gran trapío y remate, que flojeó en los primeros tercios y que, como últimamente pasa y ayer en toda la corrida, apenas se picó. Se dio la circunstancia que este toro embistió siempre quedándose corto y sin definirse en el capote. Con todo eso, Jiménez Fortes, con el compromiso que le define, (quizá algo inconsciente), se echó el capote en la espalda y fue como la “crónica de la cogida anunciada”, el toro en el tercer envite se quedó corto y atropelló al malagueño. Ya en el suelo le infirió una cornada que desde el primer momento se intuyó en los tendidos su gravedad.

Con el público consternado apareció Simón. El toro se vino arriba en banderillas y sacó todo lo bueno que tenía dentro por el pitón derecho. Embistió franco y humillado y el madrileño lo bordó “al temple”. Lo entendió a la perfección, dio con la tecla de las distancias, que por cierto no eran las de avasallarle, y dejó una labor reseñable por el pitón derecho con varias tandas, cortas, pero de altura. Esa templanza fue la que le falló a la hora de tirarse a matar. Cuando se hace una faena así, hay que estar seguro y tirarse a matar como si fuera lo último en la vida (me viene a la mente, el maestro Ponce de Fallas, con todo hecho en el toreo…), pero Simón, no rubricó la meritoria faena, fallando con el acero.

Jiménez Fortes es otro torero que ya en Fallas demostró que la quietud y el valor que demostró cada actuación ahora lo hace con más argumentos que antes. Otro que ha mejorado, a mi entender. Con un descastado animal, el primero, Fortes estuvo inteligente, con una labor de un valor seco que apenas llegó a los tendidos, distraídos todavía colocando las almohadas…

En el cuarto, un toro basto, largo y de mucho peso que acabó pagando, volvió a demostrar que a la firmeza si se le une planteamiento, puede dejar sensaciones ante una embestida sosa y floja. Todo tuvo que ser a media altura, ya que el grandón jamás se “agachó” a recoger las telas, y menos a seguirlas hasta el final.

FICHA

Madrid, domingo 13 de abril de 2014. Domingo de Ramos. Algo más de un cuarto de plaza

Cinco toros del Puerto de San Lorenzo, desiguales de presencia dentro de la corrección. Mansos y descastados los cuatro primeros, con más recorrido en la muleta y flojeando en los primeros tercios el sexto. Un sobrero de La Ventana del Puerto (3º bis), bien presentado, soso y sin transmisión, con alguna embestida suelta y con posibilidades al final de faena.

Jiménez Fortes, saludos tras aviso y silencio tras aviso.

David Galván, silencio tras tres avisos y silencio tras aviso.

López Simón, vuelta tras aviso y saludos.

 

PARTE MÉDICO DE SAUL JIMÉNEZ FORTES

El parte médico firmado en la enfermería de Las Ventas por el doctor Máximo García Padros habla de una "herida por asta de toro en pliegue del glúteo derecho con trayectoria de 30 cms., que contusiona recto, vejiga y uretra hasta cara posterior de sínfisis pubiana".

El prónóstico de la cornada es grave y el diestro malagueño ha sido derivado a la Clínica La Fraternidad de la capital de España, donde iniciará la recuperación."


Jose Vega 

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