sábado, 4 de enero de 2014

¡Quiero morir de rabia!

Morir, morir y morir... Cuántas veces hemos soñado y dibujado en nuestra mente la muerte... Cuando te haces aficionado pactas con el diablo que tu compañera de viaje sea ella. 
Estás en sobreaviso, sabes que la tragedia acecha, pero no te esperas, ni te imaginas siquiera, la muerte de una tradición entera. Todo es fruto de una visión sumida en un pesimismo realista.

Comencemos a ver la parte positiva de las cosas y no nos quedemos con cara de circunstancia cuando acontece algún suceso que tambalee los cimientos de este templo maldito, la tauromaquia.
Quizá, y sólo quizá, este 2014 podamos ver unos Palha en Sevilla, debido a que el G-5 se niega a torear. Hay veces que cometo el error de no saber distinguir los sueños de la realidad, creo que ver toros y toreros en Sevilla es un lánguido y melancólico sueño que espera, paciente, a hacerse realidad. Que no cunda el pánico, en la sala de espera hay más sueños. Algunos, ya se han ido. Véase Talavante toreando seis victorinos, aunque casi que hubiera preferido que se cumpliera más tarde, con la madurez de la experiencia.

Espero que la actualidad taurina sea simplemente un sueño dantesco. Pero me temo que no, temo que sea un insulto esperpéntico al aficionado y al toro, lo temo y lo sueño todo así que ahora voy a dormirme, o a despertarme, porque ya no se si sueño, o vivo. 


Javier Comos

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