P: Para llegar a ser un buen ganadero se necesita muchísimo
sacrificio, como se demuestra cada año en el campo bravo, pero, ¿realmente se
ve recompensado tanto sacrificio en los ruedos?
R: El sacrificio es intrínseco a cualquier actividad que
desarrollemos, si bien, el que precisa una ganadería de Lidia puede exceder de
la normalidad por varios motivos. El principal alimento del ganadero de Lidia
es la afición unida o ligada a la vocación, de lo contrario serias gestor de
una ganadería de Lidia, pero nunca ganadero como tal,son dos conceptos muy
diferentes. El verdadero ganadero demuestra pasión en lo que hace, objetivos
concretos y bien definidos, teniendo como fundamento primordial el animal y sus
necesidades para lograr los fines que se marcó. Todo esto necesita una
dedicación plena y pensar en todo momento como lograr el fruto de su trabajo,
además de precisar un entendimiento con el medio que le rodea, la naturaleza
más próximo y aplicarse en el conocimiento de la misma, puesto que todo el
entorno del Toro de Lidia es fundamental conocerlo en profundidad para mejorar
los rendimientos de la ganadería. Lo contrario es un simple gestor de una
actividad.
P: ¿Qué vio motivada la venta de la mítica ganadería a un
empresario francés?
R: El principal motivo es que hubo un interesado en
comprarla. Esto puede parecer una perogrullada, pero es esencial en la
ecuación, se precisa de alguien que quiera comprarla, que esté interesado en
ello y entonces se demuestra que lo que has hecho con tu trabajo tiene
repercusión, y la tiene positiva.
Fue fácil la decisión, aunque no lo fue tanto las
reflexiones posteriores, puesto que desprenderse de algo, aún siendo material
puramente, a lo que dedicaste intensamente 20 años de tu vida, entenderemos que
no resulta fácil. Pero en esta vida hay que intentar mantener la cabeza sobre
los hombros y casualmente apareció Jean Luc, el cual venía revestido del mismo
interés que en el año 93 tuvimos nosotros cuando adquirimos CS. Es cierto y
patente que la travesía por el desierto la hicimos nosotros, puesto que a
Francia viajó una ganadería en muy buenas condiciones para el éxito, bien
distinto que como llegó a mis manos. Ahora Francia puede competir con España en
este aspecto, en mi modesta opinión, posee la más bella de las ganaderías y la
más exclusiva del mundo. Me alegro por ellos y me apena por los aficionados
españoles que durante todos estos años me brindaron su apoyo, pierden la
oportunidad de conservar algo tan único en el mundo como esta ganadería. Yo me
he sentido un privilegiado, y por ello solo puedo agradecido a quienes me
dieron la oportunidad, mis padres. Esta experiencia es casi imposible de
repetirse, los aprendizajes, las relaciones, la cultura y el conocimiento que
te puede aportar una ganadería como CS es diferente, ni mejor ni peor que las
demás, pero distinto.
P: ¿Qué opina de la diversidad de encastes?
R: La variedad está
presente en todo lo que nos rodea, ir en contra es antinatural, si bien siempre
se pretende ir en ese sentido por parte de este sector: "si algo funciona,
para que potenciar cualquier otra cosa.", semejante burrada se ha llegado
a decir por alguno de los considerados (artificialmente pienso yo) mejores
ganaderos de la historia recientísima de la tauromaquia. Los orígenes hay que
mantenerlos presentes y bien cuidados, porque tenemos que llegar a ellos una y
otra vez a lo largo de nuestra vida. En este sentido, cualquier manipulación
para implantar un monocolor es un acto de autoritarismo, lo cual va
inherentemente en contra del interés y de la pervivencia de la tauromaquia.
P: ¿Cuál es su prototipo de toro BRAVO?
R: La definición se puede adjetivar:
Un Toro de Lidia bravo debería ser: (aquí entra la visión
particular de cada ganadero)
Encastado, con suficiente fuerza para administrarla,
morfológicamente diseñado para facilitar la embestida y noble (intrínseco al
carácter de bravura). Estas entiendo yo que deben ser las condiciones
absolutamente irrenunciables para un toro bravo.
Después podemos definir un poco más el concepto. El toro
bravo debe desplazase con facilidad, debe galopar, ser pronto al cite, crecerse
ante el castigo, tener fijeza, humillar, ser codicioso en su embestida, y hasta
fiero o agresivo, que no pegajoso ni violento.
P: ¿Qué momento cree que atraviesa la fiesta?
R: Delicado, aún extrayéndonos de la situación de crisis
generalizada que sufrimos en España. Ha sido tradicional en alejamiento de la
Fiesta, o de quienes manejan esto a modo de monopolio, por intereses
personales. Siempre ha predominado el corto plazo al largo, trayendo unas
consecuencias difíciles de afrontar y que se traducen en las consecuencias que
los aficionados observamos. Pero casi todo tiene solución y creo que se están
dando pasos en ese sentido de la mano de los ganaderos, tenemos una perspectiva
que es diferente a la de los toreros y por supuesto a los empresarios taurinos,
nuestras razones son mucho más cercanas o casi las mismas que las del
aficionado, que son quienes mantenemos esta maravillosa actividad.
Muchas gracias a Jose Luis por responder a las preguntas.
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